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Ciclos de la violencia conyugal
09.08.2014 22:27EL CICLO DE LA VIOLENCIA CONYUGAL
La mujer
golpeada generalmente atraviesa por diversas formas de tortura psíquica previas
a la golpiza y en general, el primer episodio las pilla de sorpresa ya que
muchas describen a sus cónyuges como personas suaves y gentiles, (Walker
L.1979). Una característica adicional a
su forma cíclica, es que este tipo de violencia tiene una intensidad creciente,
es decir el primer episodio puede ser poco importante en relación a los episodios
posteriores los cuales van aumentando en su gravedad. En sus inicios las
agresiones infringidas por el hombre pueden ser sólo de tipo psicológico
afectando la autoestima de la mujer, reírse de ella, ignorarla, corregirla en
público etc. Luego puede pasar de los gestos a las palabras, insultándola y
criticándola hasta llegar poco a poco a debilitar sus defensas, transformándola
en un ser débil y anulado. Por último comienza a agredirla físicamente a través
de formas sutiles, pellizcándola, dándole pequeños empujones muchas veces
simulando que es un "juego". Hasta que en algún momento estas agresiones se
transforman en graves atentados a la integridad física de la mujer pudiendo
llegar al homicidio o suicidio, (Corsi. J. 1994).
La
repetición del ciclo de la violencia conyugal, instaura el síndrome de la mujer
maltratada y para que una mujer sea diagnosticada como tal, debe haber pasado
al menos dos veces por este ciclo, (Dohmen. M. En Corsi.1994).
El ciclo de la violencia conyugal se
compone de tres fases:
1.- Acumulación de tensiones: En este estadio se van
produciendo diversos incidentes de maltrato a la mujer: malos modos, empujones,
descalificaciones que ocurren cada vez
con más
frecuencia
e intensidad. Estos incidentes no dejan de ser graves, pero aún son percibidos
como controlables por la mujer. Ella en esta etapa emplea toda su energía
psíquica en impedir que suceda algo más grave, por lo que hace uso de
diferentes mecanismos de defensa, tales como la negación, negándose a si misma
su rabia, y la racionalización, justificando al cónyuge en su conducta,
sintiéndose culpable y creyendo en su propia ineficiencia. En esta fase, la
mujer piensa que si espera, el comportamiento de su cónyuge cesará.
Por otro
lado, el hombre sabe que su conducta no es la apropiada y, por eso, es violento
solo en su propia casa. Sin embargo, la sociedad le refuerza su creencia de que
tiene que imponer su poder disciplinando a su pareja. El hombre frente a la
actitud sumisa y pasiva de su cónyuge va sintiendo cada vez más libertad para
agredirla, hasta que ella ya no es capaz de sustentar tanta tensión y comienza
a manifestarse más intolerante. A veces incluso pude desencadenar el episodio
agudo de golpes porque sabe que con esto sobreviene una etapa de calma. Debido
a esto último es que muchos observadores externos, pueden llegar a creer que es
ella la que provoca los incidentes mayores y por lo tanto, la culpabilizan.
2.- Episodio agudo de golpes: En este punto del ciclo se
produce el incidente grave que puede tener consecuencias de homicidio. En esta
fase se produce la descarga descontrolada de tensiones acumuladas en la fase
anterior, en la cual el hombre golpea brutalmente a la mujer. Ella, a
consecuencia de este episodio, sufre un colapso emocional que dura entre 24 a
48 horas, y sus síntomas incluyen indiferencia, depresión y sentimientos de
desamparo, (Walter. L.1979), parecidos a lo síntomas que sufren las víctimas de
catástrofes con sus efectos postraumáticos. Estas mujeres tienden a permanecer
aisladas y por este motivo, las que piden ayuda suelen hacerlo varios días
después del incidente. Las mujeres golpeadas, por lo general, creen que nadie
puede defenderlas del agresor y que éste nunca será controlado por la ley. (E.
Walter. 1979). Con respecto a la indefensión, hay que decir que la misma
policía, a veces, interpreta la conducta de la mujer como de complicidad en la
relación violenta; esto debido al mito de que si ella lo permite "es porque le
gusta".
3.- Fase de la luna de miel: Durante ésta, el hombre golpeador
se siente arrepentido y trata de reparar lo que ha venido haciendo durante la
fase número 1 y que ha culminado en la brutalidad extrema de la fase número 2.
Por este motivo, despliega todos sus recursos en convencer a la mujer que esta
es la última vez y que no va a ocurrir más; pide perdón y se siente culpable
por lo
que
suele ser amoroso, comprensivo y deja atrás todo lo que puede influir en
perjudicar la relación (alcohol, drogas, otras mujeres, salidas con los amigos,
etc.). El hombre durante esta fase realmente cree que va a cambiar y que no
volverá a golpear a su mujer.
Muchas
mujeres, en esta etapa, toman la decisión de buscar ayuda ya que se sienten
capaces de huir, pero el hombre ante la desesperación de perder a su mujer,
intenta incluso, a través de familiares, convencerla de su cambio, generando en
ella muchas veces sentimientos de culpa, ya que, por lo general, las mujeres
golpeadas tienen valores muy tradicionales. También en esta fase muchas reciben de parte
de su cónyuge amenazas de suicidio y el mensaje de que ellos necesitan ayuda;
sin embargo, estas mujeres que a veces creen que pueden ayudar a sus parejas,
sólo contribuyen a realimentar el ciclo, ya que, poco a poco, su actitud
comprensiva va colocando nuevamente al hombre en la posición de necesitar
recuperar su poder y control.
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